El cuello de una persona puede colgarse o adquirir flaccidez a cualquier edad. El cuello puede estar lleno por depósitos de grasa genética, almacenada en esta área o estar fláccido debido a una excesiva pérdida de peso. El área del cuello puede responder bien a la técnica quirúrgica de un estirado del cuello. La preferencia de técnica, realmente depende de las inquietudes de la persona y de cuales sean sus problemas fundamentales.
El envejecimiento del cuello, además del paso del tiempo, obedece a las características de los tejidos blandos como son: piel, tejido subcutáneo, músculos y tejido graso, de cada persona así como de las características de las estructuras y prominencias óseas de cada uno y a la interacción de estas características propias de cada ser humano con todos los factores externos como son exposición al sol, el fumar, el estrés, la contracción de los diversos músculos faciales ante las emociones, lo cual va produciendo la caída de los tejidos, con pérdida de la definición de las prominencias óseas, así como perdida de los volúmenes presentes en la juventud y la aparición de flacidez con profundización de los surcos naturales.
Es importante aclarar que no es el estiramiento puro y simple de la piel lo que se busca, sino primero el estiramiento y reafirmación de la estructura muscular, la cual da sostén a la piel, siendo esto lo que realmente reposiciona los tejidos.
Al final del proceso se retira el excedente de piel y los puntos de sutura se toman de manera muy cuidadosa y en sitios lo suficientemente ocultos.
Las cicatrices son muy discretas y casi siempre difíciles de percibir, debido a su ubicación oculta y como resultado del soporte creado por el levantamiento o reafirmación de la capa muscular que sostiene la piel, lo cual impide que sean las cicatrices las que soporten la tensión de la cirugía, evitando así su ensanchamiento o engrosamiento. Esta cirugía podría durar de 3 a 5 horas y es necesaria anestesia general.
